Por otra parte, una Ley de Mecenazgo bien diseñada, con generosidad, puede hacer compatible la llegada de más fondos para la financiación de proyectos y actividades de interés general y la disminución de la carga fiscal sobre los ciudadanos, que también parece que ocupará la agenda en el cierre de esta legislatura. Los ciudadanos estarán más dispuestos a realizar un esfuerzo fiscal si ese esfuerzo va acompañado de una mayor capacidad de decisión sobre el destino de los fondos aportados. Pero, para ello, el gobierno tiene que estar dispuesto a compartir las decisiones de gasto con los ciudadanos, por supuesto, en aquellos ámbitos en los que sea viable; que todavía son muchos. Probablemente, ese proceso sea muy oportuno en esta fase de la legislatura en la que es imprescindible la búsqueda de espacios en los que sea posible conseguir la complicidad de los ciudadanos. Ahora solo falta determinación por quien tenga la capacidad para llevar adelante esa iniciativa. Determinación e inteligencia para darse cuenta de la gran oportunidad que representa una Ley de Mecenazgo generosa.
Juan Antonio Cajigal Morales
Socio director
ALENDUS CONSULTORES, S.L.